Con
entusiasmo recibieron los aficionados y defensores de la fiesta taurina el pronunciamiento de la Corte Constitucional al admitir y “garantizar el derecho a la libre expresión
artística” y con ello “restituir de manera inmediata” la plaza de toros de La
Santamaría para la realización de “espectáculos taurinos”, en Bogotá,
determinación que abre la puerta para que las demás ciudades puedan seguir teniendo
fiesta brava, lo cual que no significa que quienes consideran las corridas de
toros como un culto al maltrato animal no puedan ejercer sus derechos a la
protesta y a promover el no ingreso a estos escenarios.
La
Corte Constitucional fue enfática en señalar que “ni el marco legal para la
realización de la tauromaquia, ni los condicionamientos” impuestos por ese alto
tribunal facultaban al Distrito a “imponer la alteración en la estructura del
espectáculo taurino o para eliminar la muerte del toro”. Redacción Pirámide.