El
Herbario del español Josep Cuatrecasas y Arumí, ubicado en Palmira, conserva
una de las más importantes colecciones botánicas del país. El hispano describió
1.500 especies, luego de una vida dedicada a recolectar flora a ‘lomo de mula’,
a lo largo de la escarpada geografía del suroccidente colombiano.
En
su bitácora Cuatrecasas, tiene detallada cada especie de la colección, condiciones
ambientales, tipos de suelo, ubicación geográfica, características botánicas y aspectos
culturales que rescataba de campesinos de la zona. Luego, aplicaba formol a sus
hallazgos y los organizaba en pliegues de papel periódico para que no perdieran
su calidad, según se pudo establecer.
El
botánico llegó a Colombia en 1932 como delegado español, en el bicentenario del
natalicio de José Celestino Mutis (6 de abril de 1732); desde entonces, quedó
sorprendido con la flora y fauna. En 1939 decidió exiliarse en el país para
conocer más de la vegetación colombiana.
De
esa grandiosa colección, el maestro Cuatrecasas identificó más de 1.500 especies
nuevas para la ciencia. Entre ellas, el conocido borojó, que bautizó como
Borojoa patinoi, en honor a su querido amigo de travesías botánicas Víctor Manuel
Patiño”, relata el profesor Eugenio Escobar, quien se desempeñó durante 32 años
como curador del Herbario.
La
portentosa muestra vegetal es conservada, 82 años después de su recolección, en
el herbario de la U.N. Sede Palmira; allí es protegida en modernos
compactadores bajo las más estrictas normas de conservación y seguridad. Por Blanca
Nelly Mendivelso, Unimedios