![]() |
Ximena Hernández Jaimes |
Hoy no es un día
cualquiera, es un día después de la guerra, para festejarlo y reflexionarlo, se
me acongoja el corazón de felicidad frente al recibimiento de tantos
saludos de compañeros de trabajo, amigos, colegas argentinos y de otras patrias
(Francia, Brasil, Uruguay, Venezuela) etc. Ver esa expresión de alegría ante
lo que significa el hecho histórico del fin del conflicto armado más largo de
la región, me conmueve enormemente, y contrario a sentir vergüenza, siento con
orgullo y llevo muy en alto lo que es ser parte de un país como Colombia. Sin
embargo sigo sin entender cómo una gran parte de compatriotas se oponen al
cambio y quieran seguir disfrutando la confrontación bélica como si fuera la
final de una copa del mundo. Rechazo absoluto los que se encierren al flagelo
del “negacionismo”, no podemos seguir matándonos entre nosotros mismos. ¿Qué
derecho tenemos para decidir sobre las futuras generaciones?; ¿Acaso con
nuestra indiferencia no somos también culpables?; ¿Cuántas guerras más
necesitamos pelear para entender que esa es la vía equivocada?; ¿Cuántos
muertos más?; ¿Cuantos falsos positivos más?; ¿Cuantos niños y niñas necesitamos
ver empuñando fusiles?, porqué no cambiarlos por lápices y recreos de ronda..
¿Cuantos desplazados más?, o ¿Acaso nos sonrojamos o sentimos vergüenza de ser
el país con el mayor número de desplazados internos del planeta?, un llamado a
la sensibilidad social, quien más que nosotros mismos para hacernos cargo de
nuestros errores... La única resistencia civil es el rechazo absoluto a la
guerra., no podemos ser tan ingenuos y no entender que "ante la diferencia
se debe optar por el dialogo y ante los retos la concertación". Despierta
Colombia que ha llegado la hora del cambio y no podemos darnos el lujo de
perder el tren de la PAZ..
(Lo siento en mi
corazón inmensamente, desde el cono sur). Por Ximena Hernández Jaimes