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viernes, 23 de agosto de 2013

Carta de Christian Rodríguez, al presidente de V. Liberal

Christian Rodríguez E
Bucaramanga: El  asesor y consultor independiente de esta capital, Christian Rodríguez Esparza  dirigió una carta de reflexión, al presidente del diario Vanguardia Liberal, Alejandro Galvis Ramírez en la cual hace un examen acerca de la situación que ha venido viviendo la ciudad en los últimos años. 
Por ser un contenido que se convierte en  instrumento de análisis para que cada cual haga su propio juicio, la damos a conocer, advirtiendo que su contenido es única responsabilidad del autor, cuya firma se estampa al finalizar. El texto es el siguiente: 
Bucaramanga, 22 de Agosto de 2013.
Doctor
ALEJANDRO GALVIS RAMIREZ
Presidente Vanguardia Liberal
Ciudad
Muy Apreciado Doctor Galvis Ramírez:
En una carta que recibí de Alejandro Galvis Galvis hace casi 34 años, me escribió esta frase: “Me basta con que se reconozca que fui el proponente de la idea”. Con enorme sencillez, que reflejaba su grandeza moral e intelectual, respondía públicamente mi columna de Vanguardia Liberal donde, bajo el título “Escuela de Periodismo Alejandro Galvis Galvis”, le proponía a la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) promotora en esos días de su facultad de periodismo, que ésta llevara muy merecidamente su ilustre nombre, para cuya creación el patricio liberal donaba generosamente los aportes del Premio Simón Bolívar que le acaban de adjudicar (adjunto la carta original y las publicaciones en Vanguardia Liberal del año 1979).
Hoy me dirijo a Usted como importante destinatario de esta comunicación, porque lo considero la persona, el ciudadano y el dirigente correctos para hacerle una reflexión que, por la vida y la obra suyas que han prolongado ejemplarmente las de su padre, pueda enaltecer una vez más la dignidad, la integridad y el honor de los bumangueses. Se trata de la urgencia de realizar unaCampaña de Desafío por la Restauración Moral de la Ciudad, asumiendo riesgos para acabar con gloria heroica la vida tan corrupta de la Bucaramanga que padecemos.
LA PASMOSA CORRUPCION PÚBLICA Y PRIVADA EN BUCARAMANGA
A la Administración Municipal de Bucaramanga, asediada por la inmoralidad de conocidos políticos y gobernantes locales, hay que asignarle, de manera absolutamente exclusiva, uno de los Comandos Especiales contra la Corrupción (C4) que está creando el Conpes, con apoyo de la Unión Europea, cuya misión será la investigación y denuncia de crímenes contra el patrimonio público. Los fracasos de los últimos cuatro gobiernos de la ciudad (Moreno Rojas, Galvis Aguilar, Vargas Mendoza y Bohórquez Pedraza) y, por supuesto, el de la corrupta Alcaldía Designada de Moreno Galvis, agravados por la connivencia de directivos gremiales sin escrúpulos, han golpeado impunemente a Bucaramanga en la moral pública. “No hay desarrollo económico ni inclusión social sin ética”, es el paradigma que deben aprender quienes trazan y administran los rumbos de una población, o buscan eso.
Luchar contra la corrupción en Bucaramanga no se puede convertir en una voz que ara en el desierto. Por causa de la inmoralidad pública y privada que aquí impera a sus anchas, una capital urbana de su dimensión no tiene en el siglo XXI ninguna alineación estratégica metropolitana. ¿Cómo se puede hablar de una ciudad sostenible, si la clase dirigente de Bucaramanga no ha tenido la capacidad de documentar, concertar y comunicar una “visión de largo plazo de ciudad” como la metrópolis que emerge, condición esencial para un desarrollo territorial verosímil? Una ciudad sin rumbo no se convierte mágicamente en sostenible porque así se rotule jactanciosamente su Plan de Desarrollo de cuatro años, que más parece una colcha de retazos. Muy pocas personas en la Alcaldía y los gremios económicos comprenden en verdad qué significa una “ciudad sostenible”, claramente a la luz de referentes internacionales sobre desarrollo urbano integral para la globalización. Se requiere una masificación de la productividad y la competitividad locales que empoderen la visión compartida de ciudad, y su materialización.
Bucaramanga atraviesa un período de siniestra corrupción, que pretende arrebatarle su deber ser moral. El caos del desarrollo económico local, la carrera vertiginosa indetenible hacia la informalidad, la concentración de los peores riesgos de violencia, las “ollas” que venden crecientemente a un microtráfico amparado, los montajes de operaciones de desprestigio a ciudadanos honestos, el aumento incontrolado del alcohol, la microextorción como subsistencia, la delincuencia común al rojo vivo, todo ello sin que la autoridad y la justicia lo detenga, se ha convertido en la desastrosa agenda de gobernanza de una ciudad cuya anarquía social corre paralela al grave deterioro de su ADN moral.
UNA POLITICA PÚBLICA CONVERTIDA EN DEMAGOGIA ELECTORAL
A los empresarios bumangueses les advertimos del desplome de nuestra pequeña y micro industria, si la Alcaldía, el Imebú y la Cámara de Comercio de Bucaramanga no tomaban en serio la histórica Política Pública de Desarrollo Empresarial e Internacionalización (PPDEI), que lideramos con dedicación para la ciudad (Acuerdo Municipal 037 y Decretos 017/018 de 2010). Estructuramos apropiadamente un cabal instrumento de fortalecimiento organizacional, de cara a la creciente amenaza de derrumbe de la producción y comercialización locales. No obstante, continúa la impreparación empresarial sin doliente alguno ante la exigente proliferación de TLC, mal negociados con la complicidad del gobierno nacional. Es la muerte lenta de miles de microempresas nuestras.
Gobierno, políticos y dirigentes de la ciudad están falseando el desarrollo empresarial y la internacionalización con bluf y pura demagogia. Ahora el Alcalde Bohórquez saca de nuevo a flote, después de casi tres años perdidos, y solo como bandera electoral, elCentro Metropolitano de Diseño e Innovación (CEMDI), la gran estrategia emprendedora que concebimos y estructuramos para nuestra capital (Acuerdo Municipal 041/2010) como parte de su Plataforma de Internacionalización, tomando como referente un Centro similar que visité en Buenos Aires.
Frente a los gobernantes sin creatividad y con acciones de plagio y mezquindad que usurpan la propiedad intelectual, pero sinceramente ajeno a la más mínima pretensión de emular la estatura íntegra de su admirado padre, también “me basta con que se reconozca que fui el proponente de la idea” del CEMDI. Esta Administración Municipal es un gobierno de boletines de prensa, atiborrado de vacíos anuncios que se los lleva el viento. Populismo noticioso. No va a ser suficiente tanto derroche local de retórica oficial para atenuar el rotundo fiasco de una gestión pública cohonestada por un viejo liberalismo bumangués sin ideas innovadoras. Tanta demagogia y labia del Alcalde Bohórquez es una desvergüenza que ensucia la ciudad.
DOS OBJETIVOS DE LA CAMPAÑA DE DESAFÍO POR LA RESTAURACIÓN MORAL DE LA CIUDAD
La Campaña de Desafío por la Restauración Moral de la Ciudad para combatir de raíz el cáncer de la corrupción, destapando la doble moral público-privada que envilece la dignidad de los bumangueses, es una dura tarea que, en conciencia, nos debemos proponer a como dé lugar, no importa que ella pase de arriesgada a peligrosa. Esta Campaña tiene dos objetivos esenciales: UNO, formar ciudadanos que sepan elegir dirigentes moralmente idóneos, y DOS, propiciar una presión ciudadana para que las denuncias acorralen a los gobiernos corruptos.
Arrebatar con entereza, a los políticos y dirigentes inmorales, un electorado mayoritario adoctrinado en la social-demagogia, que ignora la real capacidad transformadora de las ideas productivas en bienestar económico, y por ende equivocándose, elección tras elección, en la escogencia de gobernantes idóneos, es la gran empresa ética que abrirá esperanzas ciudadanas de una vida mejor. ¿Por qué ahora la opinión editorial de Vanguardia Liberal no pide y presiona abiertamente la renuncia de funcionarios presuntamente corruptos, como lo hacía anteriormente, quienes al menos por decencia dejando el cargo admitían la sanción social en avance del fallo de la justicia? Solo denunciar la inmoralidad pretendiendo resguardar la moral administrativa, aunque primordial, no es la última razón de la comunicación social completa y eficaz.
En un mundo que emula con frustración Bucaramanga, donde se incuba la decadencia de la conducta pública, el desarrollo no es el nuevo nombre de la paz; es la lucha contra la corrupción. Por la Restauración Moral de la Ciudad, volviéndola visible con liderazgos como el suyo y el respaldo diario de Vanguardia Liberal, una inmensidad de bumangueses valerosos en honestidad y transparencia, como en aquel largo camino de Nelson Mandela hacia la libertad de su pueblo, van a corear con él: “es un ideal por el que espero vivir y que espero alcanzar”.
Cordialmente, 

CHRISTIAN RODRIGUEZ ESPARZA
Asesor & Consultor Internacional